¿Sabías que nuestro cerebro es capaz de aprender a hacer asociaciones de casi cualquier cosa?
Existe algo que nos pasa a todas las personas con el paso del tiempo, y adquirimos determinados hábitos que se van arraigando tanto, que a la larga son difíciles de romper.
Para entenderlo todo mucho mejor, te voy a hablar de un experimento. El experimento Pavlov.
Iván Pavlov fue un fisiólogo ruso encargado de estudiar la fisiología de la digestión. Con esta tarea entre manos comenzó un experimento en perros en el que llegó a descubrir algo muy curioso.
Observó que cuándo llegaba la hora de comer de los perros, su salivación cambiaba con tan solo ver la comida. Con el paso del tiempo comprobó que poco a poco comenzaban a salivar incluso antes de ver la comida. Comenzaban a hacerlo cuándo escuchaban los pasos de las personas que se la llevaban.
Pavlov, intrigado por algo tan curioso, ideó un experimento. Cada vez que le daba comida a un perro, hacía sonar una campana. Tras repetir el proceso de la campana una y otra vez, observó cómo los perros comenzaban a salivar con solo escuchar la campana, aunque no escuchasen los pasos, ni viesen la comida.
A partir de este estudio, Pavlov descubrió que los perros asociaban determinados estímulos con otros naturales hasta llegar a determinados condicionamientos:
- Estímulo incondicionado (EI): La comida
- Respuesta incondicionada (RI): La salivación, sin aprendizaje
- Estímulo neutro (EN): La campana
- Estímulo condicionado (EC): La campana (neutro) y la comida (incondicionado).
- Respuesta condicionada (RC): La salivación tras escuchar la campana
Y si te preguntas qué tiene que ver el experimento Pavlov con las adicciones, vas a a profundizar un poco más en el aprendizaje, la asociación y las adicciones.
Cómo relacionamos aprendizaje y adicciones: Aprendizaje asociativo
El experimento de Pavlov nos abrió una puerta de par en par al complejo mundo del aprendizaje asociativo, donde estímulos neutros llegan a convertirse en potentes desencadenantes de respuestas específicas.
Y es que nuestro cerebro es una maravillosa máquina de aprendizaje y, en el caso de las adicciones, aprende a asociar determinados estímulos como lugares, personas u objetos, con experiencias placenteras o el alivio que proporciona una sustancia o situación adictiva ante una determinada situación.
Esta formación de determinadas asociaciones iniciales ayuda a entender cómo se mantiene y refuerza la conducta de una persona con adicciones.
- Refuerzo positivo: Cada vez que se consume una sustancia y se experimenta una sensación de placer, el cerebro recibe una recompensa. Esto hace que se refuerce la conducta y aumenta la posibilidad de que se repita, ya que proporciona ese consuelo inmediato tan buscado.
- Refuerzo negativo: En algunos casos, la adicción puede servir para aliviar síntomas muy desagradables como momentos de verdadera angustia, ansiedad, soledad o falta de seguridad.
Todo este complejo desarrollo de aprendizaje asociativo hace que dejemos de tener determinadas habilidades, de saber manejar nuestras emociones de una forma sana, y transformarla en una necesidad insana por no poder parar de consumir creando una dependencia psicológica por el hecho de dejar de sentirse mal.
Este complejo círculo puede hacer que, tras un periodo de abstinencia, y a causa de estos estímulos asociados, haga que pueda ocurrir incluso que, sin tener ninguna emoción negativa, con el simple hecho de pasar por delante de una sala de juegos, pueda generar a esa persona el deseo de jugar, pudiendo llegar a una temida recaída.
Comprendiendo estos mecanismos, vamos a poder desarrollar estrategias terapéuticas efectivas para ayudar a conocer, romper estas asociaciones, poder superar la adicción y no caer en la dependencia emocional por la dificultad de no saber regular las emociones.
Entender el aprendizaje asociativo con cualquier tipo de conducta adictiva, nos va a proporcionar unas herramientas tan necesarias como valiosas con los distintos tipos de terapias.
El ciclo del refuerzo: Principios del aprendizaje social en la adicción
Existe algo que nos aporta una valiosa comprensión de cómo se adquieren y mantienen comportamientos adictivos.
El psicólogo y pedagogo Albert Bandura, desarrolló la teoría del aprendizaje social que nos hizo entender que no solo aprendemos de nuestras experiencias, sino también de observar e imitar a los demás.
¿Cómo aplicamos todo esto a las adicciones?
- Modelado: Si observas a alguien que para ti tiene cierta autoridad y que tiene algún tipo de conducta adictiva, es más probable que se imiten sus mismos comportamientos.
- Refuerzo: Al experimentar los efectos placenteros de una sustancia o actividad, se verá reforzada la conducta adictiva. Este tipo de refuerzo puede ser positivo, sintiendo euforia, o negativo, evitando sensaciones desagradables.
- Expectativas: Si se cree que una droga ayuda a sentirse mejor, lo más probable es que ese sentimiento haga que la consuma.
- Autoeficacia: La percepción que tenemos sobre nuestra capacidad para cambiar determinado comportamiento juega un papel crucial en la recuperación. Si durante el proceso de recuperación, se cree que se puede superar esa adicción, es más probable que se logre.
Identificando distintos tipos de emociones
En muchos casos, la adicción actúa como un mecanismo de defensa ante emociones dolorosas o situaciones difíciles. La adicción crea asociaciones poderosas entre ciertos estímulos, lugares o personas, incluso situaciones incómodas con el consumo de sustancias.
A través de técnicas terapéuticas específicas, estas asociaciones se pueden reemplazar por nuevas conexiones saludables. Esto implica identificar los desencadenantes, así como crear nuevos hábitos que promuevan la recuperación. Con distintos tipos de terapias, se consigue aprender a identificar y comprender determinadas emociones que llevan a buscar en la adicción un escape temporal.
- En la terapia cognitivo-conductual (TCC) se exploran las distintas emociones que desencadena el consumo de sustancias. El equipo de terapeutas ayuda a pacientes a poder desarrollar estrategias más saludables para saber manejar el estrés y las distintas emociones negativas.
- Mindfulness: Esta práctica es muy beneficiosa porque nos permite observar nuestros pensamientos y emociones sin juzgarlos. Esto facilita que podamos identificar patrones de pensamiento disfuncionales y la regulación emocional.
Es fundamental identificar modelos, ya que en terapia se puede explorar el entorno social del paciente y se pueden identificar posibles modelos de comportamiento adictivo.
Por este motivo trabajamos para poder cambiar determinadas creencias erróneas sobre las adicciones.
En terapia se trabaja la confianza en la capacidad de lograr cambios positivos además de fortalecer la autoeficacia, promoviendo la confianza en la capacidad de cada paciente en lograr cambios positivos en su vida, y desarrollando habilidades para poder afrontar y resolver problemas para que pueda hacer frente a situaciones desafiantes sin recurrir a la adicción.
La teoría del aprendizaje social nos permite saber que la adicción es un comportamiento aprendido y mantenido por factores sociales y cognitivos. Al comprender estos principios, podemos ayudar a la persona que está pasando por una adicción, de forma efectiva.
Entorno social y las adicciones
Queramos o no, el entorno social en el que vivimos ejerce una influencia significativa en cómo nos comportamos, y desgraciadamente esto incluye la propensión a desarrollar algún tipo de adicción.
Existen varios factores que interactúan para crear un contexto que pueda facilitar o dificultar la recuperación:
La presión social, la disponibilidad que tenemos a distintas sustancias adictivas, el juego o la pornografía. Un entorno disfuncional, la falta de apoyo emocional. La pobreza, la desigualdad o el desempleo o el contexto cultural.
Durante la terapia, es fundamental analizar el entorno social de la persona que sufre una adicción para poder identificar los factores de riesgo que contribuyen a su adicción.
- Analizar el entorno
- Desarrollar habilidades sociales
- Trabajar para poder modificar el entorno
- Apoyo social
¿Cómo las adicciones alteran el aprendizaje?
Ya hemos visto antes cómo el condicionamiento clásico juega un papel fundamental en el desarrollo de las adicciones. Pero, ¿cómo afectan estas alteraciones en el aprendizaje a otros aspectos de nuestra vida, como la memoria y la capacidad de adaptación?
El consumo de sustancias o actividades adictivas provoca cambios significativos en la función del cerebro. Todos estos cambios significativos dañan la estructura y afectan a las áreas involucradas en el aprendizaje, la memoria y la toma de decisiones.
- Deterioro de la memoria a corto y largo plazo.
- Alteraciones del sistema de recompensa, el encargado de motivarnos y proporcionarnos placer, y que se ve alterado en conductas adictivas. Esta alteración dificulta que se hagan actividades que antes eran placenteras, como estudiar, estar en familia o amistades.
- Reduce la capacidad de adaptación.
La relación entre el aprendizaje y las adicciones es un tema complejo. Tal como hemos visto, los mecanismos de recompensa del cerebro, pueden ser distorsionados por las adicciones. Sin embargo, al igual que el cerebro es capaz de aprender hábitos dañinos, también lo es de establecer nuevos y saludables caminos.
La adicción no es un signo de debilidad, sino el resultado de cambios profundos en el cerebro que afectan la forma que percibimos el mundo y la toma de decisiones. Comprender la naturaleza compleja de esta enfermedad es necesaria para abordar la adicción desde una perspectiva integral de quienes la padecen, considerando los factores biológicos, psicológicos y sociales que las sustentan
Y es que la recuperación de una adicción es un camino complejo que va mucho más allá de dejar de consumir una sustancia, porque para lograr una recuperación duradera es fundamental abordar las distintas causas que llevan a la adicción y dónde las terapias juegan un papel crucial.
Al comprender todo este proceso, cómo el aprendizaje moldea nuestro comportamiento, vamos a poder desarrollar técnicas más efectivas para prevenir y tratar las adicciones.
Brisa lo formamos un equipo de profesionales psicológico y terapéutico que vamos a acompañarte en cada paso del camino hacia tu recuperación a través de terapias especializadas y un entorno de apoyo cercano, confiable y protector durante todo el proceso.
Tu primera consulta es de forma gratuita.
Contamos con un teléfono activo para el paciente los 365 días del año, incluyendo festivos, fines de semana.
Brisa -Centro Sanitario Terapéutico especializado en adicciones
C/ Armengual de la Mota, Nº 27, 2ª Planta. 29007 Málaga.
C/ Don Cristian 19, 2ºC, 29007 Málaga.
Telf: 644 25 64 92