En qué consiste el método Minnesota en adicciones

Vamos a comenzar hablando con sinceridad. Porque opinar sobre adicciones no es simple, hablar sobre recuperación no es sencillo, nada fácil, aunque en este artículo te vamos a contar que sí posible.
Método Minnesota

Cómo surge el método Minnesota

Vamos a comenzar hablando con sinceridad. Porque opinar sobre adicciones no es simple, hablar sobre recuperación no es sencillo, nada fácil, aunque en este artículo te vamos a contar que sí posible.

Delante de esta pantalla hay una persona preocupada por la salud de un familiar, delante del móvil ahora mismo leyendo estas palabras, alguien que sabe que ha tocado fondo y necesita ayuda.

Por eso, siendo un tema tan delicado, intentamos tratarlo con el respeto que merece la persona que padece una adicción tanto como a su entorno más cercano.

Y vamos a comenzar con números. Una cifra muy triste y que cada vez comienza a aparecer a una edad más temprana.

Y es que según la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2018 un 43% de adultos consumen alcohol. Más de 2 millones de personas con mayoría de edad en todo el mundo.

El alcohol es una de las dos grandes drogas legales, y por eso, la mayor parte del tiempo se cae en el error de creer que no es peligrosa.

Con el objetivo puesto en un tratamiento específico para tratar a personas con alcoholismo, nace a principio de los años 50 en Estados Unidos un método que rompió barreras por su innovación dentro del proceso de ayuda a personas con problemas de alcohol, y al que llamaron la “Experiencia Minnesota”.

En un principio, esta “experiencia” se pensó como un nuevo método de rehabilitación para personas con problemas de alcoholismo, pero se estudió y trató hasta llevarlo al resto de adicciones.

¿Cómo la “Experiencia Minnesota” se convirtió en el Método Minnesota

Hasta ese momento, a las personas con adicción solo se las trataba con un tratamiento hospitalario, pero a raíz de este nuevo método se empezó a contemplar una nueva técnica en el proceso de curación.

Para ello se crearon tres centros en Minnesota que fueron el punto de partida: Hazelden, Wilmar State Hospital y Pioneer House.

En cada uno de ellos se comenzó a aplicar una nueva técnica de rehabilitación intensiva de las adicciones.

El método Minnesota rompió moldes entre los tratamientos para combatir las adicciones, y es que en él se comienza a establecer un proceso dónde a través de una ayuda específica, la persona con adicción consigue rehabilitarse en un corto plazo de tiempo.

A partir de aquí y viendo los resultados, el Método Minnesota se convierte en un proceso pionero dentro del tratamiento de enfermedades adictivas.

Pero, ¿En qué consiste el método Minnesota y por qué es precursor en su técnica de las adicciones?

El método Minnesota parte de la base clara, el de que una adicción es una enfermedad sin cura hasta ahora conocida, aunque sí con una posible recuperación a través de ayuda y seguimiento continuado.

Además, se centra en las causas de esta enfermedad, enfocándose sobre todo en las consecuencias que afectan al la persona con algún tipo de adicción y en su entorno y no culpabilizar a la persona que está sufriendo a causa de ella.

De esta forma se centra en la adicción como una enfermedad y en las necesidades del paciente.

La persona no es culpable de padecer una adicción

A partir de este enfoque se estudia todo lo que rodea al paciente, desde su personalidad, características, hasta el ambiente social, laboral y familiar.

El método Minnesota establece 12 pasos para la recuperación de las adicciones a través de distintas fases terapéuticas. Estos pasos son los que utiliza la organización de Alcohólicos Anónimos de Estados Unidos

A partir de un proceso exhaustivo de:

  1. Evaluación de la persona que sufre esta adicción
  2. Aplicar una terapia cognitivo-conductual con un proceso de adaptación
  3. Estudio de la personalidad y comportamiento

Y a través de una serie de fases dónde el control y el trabajo es constante, se logra salir de una adicción en un corto plazo de tiempo.

Durante la evolución de las distintas fases, el objetivo es conseguir una abstinencia total y ayudar a la persona que padece a través de distintos pasos a que vuelva a conseguir reintegrarse lo antes posible a su entorno social y familiar.

Aunque antes de nada, para llegar a este paso debe existir algo fundamental: reconocer que existe una adicción.

Y en este punto es donde cobra especial importancia la familia, ya que la persona que padece este tipo de enfermedad puede llegar a pensar que puede curarse cuando decida, cuando la dura realidad es que ha llegado a un punto que ya es incapaz de controlarla.

Por este motivo, el entorno más cercano debe ser consciente de que son parte importante en admitir que existe un problema de salud y no esperar ni un solo día más ante este grave problema.

No se puede dudar en pedir la ayuda que realmente necesita

El apoyo familiar es fundamental de este proceso, por eso el grupo de terapeutas especializados en el Método Minnesota, prestan todos los conocimientos y pautas para que puedan ser el bastón de ayuda que tanto necesita en estos momentos tan cruciales en su vida.

Es el momento de comenzar

El grupo de psicólogos y terapeutas ponen en funcionamiento las pautas a seguir a través del Método Minnesota, así, a través de talleres, se pone en marcha una nueva rutina diaria a través de distintos talleres dónde se aprende como dejar atrás esos hábitos perjudiciales.

En cada sesión individual se estudia a la persona con adicción, su entorno, familia de una forma detallada y entendiendo lo máximo posible a la persona y sus problemas, junto a sus características más particulares.

Existe algo extra, una parte esencial a la que dentro de todo este camino damos una esencial importancia dentro de este método: la terapia de grupo.

Terapia de grupo

Las terapias grupales llegan a convertirse en algo importante porque a través de cada una de las personas que componen el grupo hay un apoyo tan significativo que llega a convertirse en una de las claves de este proceso.

Desde el punto de partida, tal vez con cierta timidez, surge una unión tan espontánea de apoyo y comprensión de todo el grupo que es primordial y muy positivo para cada uno de los componentes.

Y es que contar el problema a personas que están pasando por algo igual, tal vez con diferente entorno o circunstancias, pero con el mismo objetivo, encontrar la salida hacia una recuperación, ejerce tal función de positivismo, que, sin olvidar el problema en sí, se ejerce entre todo el grupo un estado de motivación en cada una de las personas que lo integran.

No dejes pasar un día más sin futuro, recuerda que con ayuda profesional, la recuperación es posible

Somos Brisa- Centro Sanitario Especializado en Adicciones.

Te tendemos una mano y te sostenemos en todo el proceso. Existe una vida sin adicciones y vamos a ayudarte para que la conozcas.

Brisa
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